lunes, 29 de julio de 2013

Creación propia. Alegato antibelicista: Que vuelvan los soldados a casa.

Hola compañeros.

Esta tarde mientras volvía a casa se me ocurrió este pequeño alegato antibelicista:


Que vuelvan los soldados a casa.


Ayer tuve un sueño muy extraño.
Soñé que era madre y que mi hijo era un soldado.
A través de aquella madre y aquel soldado, en el sueño, sentí...;

Sentí el miedo de un grupo de jóvenes antes de un ataque, apretados en la parte trasera de un camión militar en Sarajevo.
Sentí el hedor de la muerte en los campos de tortura del desierto de Argelia.
Escuché el ruido ensordecedor de las bombas, cayendo como lágrimas negras sobre el cielo de Bagdad.
Oí el llanto perdido de un niño mientras arrestaban a sus padres en Teheran.
Me llené los pulmones con el humo negro de una granada en una casa del Líbano.
Miré los ojos tristes y túrbadores de un gato famélico que vivía bajo un puente de Khabul.
Me calé entero el cuerpo de humedad reptando con mis camaradas por oscuras cuevas en Hanoi.
Me quemé la cara con el sol del mediodía, cargado de material explosivo cerca de Islamabad.
Grité con todas mis fuerzas intentando liberarme bajo una columna en aquél hundido Berlín.
Me amputaron un pie en una sucia trinchera, infestada de soldados enfermos en Amberes.
Me fusilaron cinco soldados de color gris junto a un pozo en Hernani.

Lo peor fúe, os lo prometo, que vi morir a chicos que no querian matar a nadie.

Y lloré, lloré y lloré por todas las madres de soldado.




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